viernes, 13 de enero de 2012

... Quiero volver allí ...

Pensaba que ya estaba acostumbrado al mundo que me rodea, que ya había superado el choque sufrido tras mi regreso de la India, que ya estaba acostumbrado de nuevo a la vida del primer mundo.
Pensaba que ya me había adaptado de nuevo a la vida a aquí, a la vida en España; donde la gente disfruta de su vida en función al numero de ceros de su nómina, donde la gente piensa que su paga extra es una ventaja frente a los demás. En definitiva, donde la gente gasta y consume cuanto más, mejor.
MENTIRA!!!
Nunca me he acostumbrado (ni creo que pueda hacerlo). No quiero vivir por y para el dinero; no quiero hacer de mi vida un negocio que alimentar, una empresa que enriquecer. No estoy acostumbrado a que mi mayor preocupación en la vida sea cuanto voy a ganar o, según el momento del mes, cuanto me falta por pagar.
No quiero tener que pensar en cuanto dinero necesitaré para poder sobrevivir en Alemania 2 o 3 meses, no quiero pensar en el alquiler, en la comida, en la tarifa de internet, en el teléfono, en el coche, en la gasolina, en el seguro, en las cañas, en EL AIRE QUE RESPIRARÉ.
No quiero tener que vivir esos 2 o 3 meses pensando en a quien tengo que agradecerle que me de un trabajo muy por debajo de mi formación, pensando en a quien tengo que agradecerle que me alquile una habitación por 10€ menos que el vecino (aunque muy por encima del valor de un bien de primera necesidad). No quiero.
No me apetece vivir aquí, en una sociedad tan “económicamente avanzada” que desprecie los demás valores de la vida. No quiero vivir sin poder ser feliz por no ser el que más tiene.
Se que los que podáis estar leyendo esto no tenéis culpa de como se está rompiendo el mundo (aunque todos somos un poco responsables), que los verdaderos culpables de esta situación no están a mi alcance. Si lo estuvieran, apretaría el gatillo; Os lo juro.

Algo en mi a reventado por dentro y me ha hecho ver de nuevo que aquí no es donde quiero estar; que no es donde me tengo que quedar.
Voy a buscar de nuevo la manera de volver allí.
Allí donde el trabajo se valora por lo que supone, no por lo que vale; allí donde las sonrisas no se pagan y son correspondidas; allí donde la gente agradece tu presencia con la suya. En definitiva quiero volver a un país en vías de desarrollo, un país carente de la necesidad de demostrar tu valor con una cifra, un país en el que cualquier conocimiento o aportación es útil y agradecida sin necesidad de ser económicamente gratificada. Quiero volver allí.
Quiero seguir cooperando.

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