sábado, 4 de agosto de 2012

... Carta desde el infierno (por Pablo Álvarez Montañana) ...

Hoy quiero transcribir en este blog un mail que he recibido recientemente de mi gran amigo Pablo Álvarez Montañana. Pablo es un medico que reside en Valencia y que, como cada año, dedica parte de su tiempo de vacaciones a asistir como voluntario en su área a diferentes países en vías de desarrollo.
Nos conocimos en la India hace más de un año coincidiendo en la Fundación Vicente Ferrer. Conectamos muy bien y nos volvimos a ver en Valencia, tras nuestro regreso, en varias ocasiones. Actualmente, a pesar de la distancia, aún mantenemos contacto. Por eso me llegaron las lineas que os voy a transcribir.
Pablo se encuentra estos días colaborando en Irán y sus palabras nos pueden dar una idea de como suceden allí las cosas. Esta es su carta, la que en la línea de asunto Pablo tituló "Carta desde el infierno":

El 29/07/2012 19:39, pablo alvarez escribió:
Y el infierno se suponía, por lo que decía la televisión y los periódicos, por lo que sugerían las caras de la gente a la que le comentaba mi destino este verano, por lo que las mismas paginas de los ministerios de asuntos exteriores de los países occidentales informan, digo, el infierno debería haber sido Irán, donde me encuentro en este momento.

Aquí todo lo desmiente.

Seguimos buscando fanáticos religiosos que odian a muerte a los occidentales entre las amables personas que nos sonríen cuando saben que somos extranjeros, y nos preguntan de donde, y nos hablan de fútbol, aquí se conocen las canteras del Barcelona y el Madrid mejor que ahí, y dejan lo que están haciendo para acompañarnos a algún sitio por el que le preguntamos, o directamente se animan y se vienen a la ciudad o pueblo que vayamos a pasar el día visitando. Seguimos buscándolos entre la gente que, cuando esta contigo y se va a comprar algo para beber o comer, te compra sin preguntar a ti lo mismo; o entre la que cuando cenáis juntos, o cogéis juntos un taxi, pagan por mucho que les digas que pagas tu. Seguimos buscándolos también entre la gente que simplemente lleva su vida, y se cruzan con nosotros y no nos hablamos, pero se parecen tanto a las personas que viven en los países occidentales, en cuanto a que llevan sus vidas y van a sus trabajos, soportan a sus gobernadores y van a sus trabajos, que realmente parece que no sean parte de ningún ejercito en crecimiento preparándose para invadirnos y exterminarnos.

Y soportan a su gobierno, y al ayatollah que esta detrás de el como una sombra omnipotente, porque no es lo que la mayoría quiere. Y así lo demostraron hace 3 años, tras las ultimas elecciones, cuando unos comicios amañados dieron el poder de nuevo al candidato de los tres posibles que mas afín es a los ayatollahs. Las calles se llenaron de gente, la gente gritaba, pero fueron acallados. Quizá falto mas poder de convocatoria, quizá faltaron las redes sociales censuradas en este país, quizá falta la mano aun más poderosa de los Estados Unidos o Israel organizando subrepticiamente, como lo ha hecho y lo hace en tantos otros países, la revuelta. Y es que Irán no es Afganistán. Ni es Siria. Ni es Libia. El sistema de inteligencia iraní es de los mas potentes del mundo, el ejercito no es un ejercito de postín. Y el gobierno está decidido a no dejar que Estados Unidos o el mossad intevengan aquí. Cueste lo que cueste. Caiga quien caiga. Y quien cuesta, quien cae, o quien caerá como en Siria, sera toda la gente de la que os hablaba. Gente que no quiere la guerra. Gente que solo quiere vivir en paz, y que se escandaliza cuando les contamos como se les ve en occidente. Cuando estuvimos en Siria hace 2 años no podía imaginarme lo que se les venia encima. Ahora de vez en cuando recuerdo a gente de la que conocí allí, de las que no tengo ningún contacto ahora como para preguntarles si la guerra que "ha fundido sus mentes y destruido sus sueños" les afecta de lleno o, mal que bien, sobreviven. Pienso en los lugares que vivían, lo que hacían en su día a día, e intento imaginarme infructuosamente como vivirán ahora. Ahora en Irán, sabiendo que inevitablemente correrán por aquí tres de los cuatro jinetes del apocalipsis en un plazo mas o menos largo, de vez en cuando me sorprendo mirando a personas con las que hablo, sin escuchar lo que dicen, mirando plazas rebosantes de vida y con un trafico insufrible y alocado, y por un momento pienso en que sera de aquello, con gente que se parece como digo tanto a la de mi país, que no está preparada para una guerra porque son gente de paz.

Visitamos nosotros, en este escenario, restos de las civilizaciones pasadas que han hecho de esta región una tan rica en tradiciones: mongoles, sectas islámicas chiíes interesadas en combinar la ciencia y la religión, imperios persas, los mas grandes imperios de la historia hasta el momento en que existieron.

Y con el don de la ubicuidad que nos caracteriza, nos hemos plantado aquí en ramadán, que empezó el primer día que vinimos, y sera hasta un día antes de nuestra partida. Comiendo escondidos en algún hotel, porque es el único país del mundo en el que es ilegal comer o beber desde la salida hasta la puesta del sol, salvo para niños, embarazadas, mujeres con la menstruación y extranjeros. Pero estos eximidos entre los que nos contamos no pueden hacerlo delante de ninguna otra persona. Evidentemente esta regla no es seguida a rajatabla, en sótanos de bazares o en restaurantes en sótanos de hoteles hemos visto comer a gente de aquí, y nosotros mismos lo hemos hecho incluso disimulando en la calle, pero no quita que es ilegal y razón para que un policía estricto pueda hasta arrestarlos. Una sinrazón de la que algunos iraníes tratan de escapar también.

Un saludo a todos, ya os sigo comentando.

Pablo

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