lunes, 21 de febrero de 2011

Campus RDT


Tras varios cambios de alojamiento, ahora me encuentro en el que parece el definitivo. Estoy en el Campus RDT de Kalyandurg, al noroeste de Anantapur (mi destino inicial). RDT son las siglas de “Rural Development Trust”  que es como se llama en la India a la fundación.
Un campus ofrece a la población asistencia médica y, en base a ello, la posibilidad de que algunos de sus habitantes se formen en relación a los diferentes trabajos que se desarrollan. Esta formación se produce como personal médico, administrativo, de mantenimiento, de hostelería, de limpieza, de seguridad, de transporte, etc.
Esto permite que la presencia de un campus de la fundación en un núcleo urbano no se limite a resolver los problemas de salud que pueda tener la población, sino que posibilita que las familias dispongan de mayores expectativas laborales.
De forma secundaria, la creación de un campus, genera puestos de trabajo mediante la construcción de los diferentes edificios que se van necesitando.
El campus tiene un edificio principal destinado a hospital y, en torno a él, los servicios que este genera; como son, comedor, alojamientos y oficinas.
El principio básico de funcionamiento de este sistema reside en aportar a una sociedad establecida un sistema de organización y unos conocimientos específicos; que es lo que, básicamente, pretende aportar la fundación en cada uno de los pueblos en los que va interviniendo.
Conforme la población adquiere confianza en la fundación y en sus intenciones de mejorar su situación, esta comienza a intervenir fuera de las barreras del campus; en forma de creación de escuelas, áreas deportivas y  talleres de diferentes áreas de trabajo.
La primera tarde tras mi llegada, a modo de ejemplo, me enseñaron un taller de encuadernación. En él, un grupo de unas 25 mujeres había aprendido las diferentes fases de todo el proceso; desde el cosido de las hojas, pasando por el corte, colocación de guardas, portadas y cantos hasta el recorte del cuaderno terminado.
El material fabricado se vende cubriendo los gastos fijos que generaban su fabricación y repartiéndose el resto, en partes iguales, entre todas las mujeres del taller.
De esta forma, las mujeres empiezan a tener expectativas laborales de forma compatible con sus labores del hogar; consiguiendo así, aunque solo sea de forma muy liviana, algo de respeto por parte de los hombres.

3 comentarios:

  1. Me he emocionado con tus fotos. irradian ternura que seguro que es tu proyección,
    Un enorme abrazo
    Carmen Rodrigo

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  2. Muy buenas aventurero!
    me declaro fiel seguidora de tu blog en esta nueva etapa apasionante de tu vida!
    un beso enorme
    Marta

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  3. HOLA PEDRO, ME HA ENCANTADO TU BLOG, YO VOY PARA ALLÁ EN JULIO PARA COLABORAR COMO ENFERMERA NEONATAL, IRÉ SIGUIENDO TU BLOG!!!

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